En los procesos de fusión, cuando las empresas están bajo un fuerte estrés cultural, la intervención de estos líderes informales es crítica para suavizar el choque entre los diferentes grupos y prosperar en el modelo deseado por la nueva administración.
EL DÍA SIGUIENTE
El día después de la firma de la fusión, el clima en los pasillos de cualquier organización está impregnado de incertidumbre. A veces paralizados por esta inseguridad, los empleados tienden a mirar a sus grupos anteriores para interactuar y encontrar la comodidad previa a la fusión. La tendencia natural de los humanos es preservar las relaciones de las redes informales preexistentes.
“Nuestro comportamiento es muy antiguo en ese sentido. No importa qué tan nuevas sean las redes, es normal que las redes informales anteriores persistan ”, advierte Ignacio García, antropólogo organizacional, netnógrafo y experto en análisis de redes complejas.
Desde que el hombre se convirtió en sapiens-sapiens, las relaciones se han establecido a través de lazos de confianza. Cuando se crea un nuevo grupo fusionando a otros, el tiempo para construir nuevos lazos de confianza puede ser largo e incluso superar los 100 días normalmente dedicados a esta etapa de PMI.
Buscando acelerar el proceso y hacer que la integración sea realmente efectiva, el mapeo visual de las redes informales identifica una figura clave en la antropología organizacional: el facilitador.
Los facilitadores son aquellos que ocupan posiciones estratégicas en sus respectivas redes informales. Son personas cooperativas, enérgicas e innovadoras, siempre enfocadas en la integración, el intercambio cultural beneficioso y enriquecedor para todo el grupo.
¿CÓMO IDENTIFICAR A LOS FACILITADORES?
Al mapear las relaciones entre los empleados de una organización, los facilitadores a menudo aparecen en el centro de una red, rodeados de numerosas conexiones.
Tree Intelligence aplica el modelo de pirámide de red para realizar estas asignaciones, desde la capilaridad de una red informal entre dos personas hasta la amplitud de análisis de una red compleja, así como todo el equipo de una gran multinacional. No importa el tamaño de la red, las relaciones humanas siempre se basarán en la cooperación.
No es coincidencia que la cooperación esté en la base de la pirámide de la red. Esta no es una secuencia jerárquica de valores cultivados entre colegas o líderes de equipo. Lo que las redes de cooperación identifican en el trabajo de diagnóstico es precisamente una red informal a través de la cual la comunicación no siempre fluye de acuerdo con el flujo formal de un organigrama.
Las personas que están más dispuestas a cooperar no siempre están en la cima de los organigramas formales. Como líderes informales, desempeñarán un papel clave en la integración cultural entre equipos de empresas que se unen.
Las organizaciones que se preparan para una fusión o se someten a PMI deben alentar la facilitación de estos facilitadores. Específicamente, el entrenamiento y la tutoría pueden ser buenas opciones para aprovechar al máximo el potencial cooperativo de este profesional. Más que invertir en mejoras, corresponde a la empresa involucrar a este líder informal en momentos cruciales para que se sienta parte del proceso y ayudar cada vez más a que la integración de las culturas sea lo más natural posible.
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